viernes, 11 de julio de 2008

LA HISTORIA SE REPITE

Alberto Fujimori Fujimori, ex presidente del Perú que huyó al Japón para escapar de la acción de la justicia será recordado por un acto de cobardía incalificable. Renunció a la presidencia por fax, en un hecho que debía haber llenado de verguenza a sus partidarios. A nadie le preocupó el despropósito y el fugitivo, seguía sin responder por los múltiples delitos que se le acusaba.
Fujimori Fujimori que se encontraba refugiado en el Japón, aprovechando de la protección que le brindaban las autoridades niponas que le proporcionaban un blindaje que lo protegía de las acciones de la justicia peruana, en un acto de soberbia y de increible ceguera política, cometió el error de huir a Chile, pensando que en ese país iba a gozar de impunidad por los delitos que había cometido, inclusive los que correspondían a crimenes de lesa humanidad.
Sin embargo, sus cálculos resultaron errados y a la justicia chilena, no le quedó más remedio, que acceder a los requerimientos de las autoridades peruanas y entregarlo a la policía para ser sometido a la acción de la justicia.
Uno de los secuaces de Fujimori Fujimori, fue Vladimiro Montesinos Torres, ex capitán del ejército que fue expulsado de su institución por haber vendido secretos militares al Ecuador y a Estados Unidos a mediados de la década del setenta.
Después de la elección de Fujimori Fujimori, Vladimiro Montesinos Torres, que se había conectado providencialmente al presidente, aprovechó de la ignorancia de éste, en temas militares, para convertirse en un super asesor al que se le confiaban los temas de esa naturaleza y aprovechaba esa situación, para convertirse en el verdadero poder en el área militar y ejercer toda suerte de venganzas contra los enemigos que tenía en las fuerzas armadas, descabezando la cúpula militar e imponiendo a sus allegados en los puestos claves, para de esa manera tener bajo su control a las instituciones castrenses.
El paso de Vladimiro Montesinos Torres por los escenarios políticos peruanos es una muestra de indecencia y corrupción que supera todo lo imaginable. Los llamados vladivideos, que lo han registrado en el momento que repartía dinero para sobornar, para la compra de voluntades, para hacer que congresistas cambiasen de partido o votaran de manera determinada de acuerdo a los intereses del gobierno, o cuando compraba periodistas para que defendieran lo indefendible, constituyen un testimonio histórico irrebatible, que averguenza la conciencia del país y que nunca más debería permitirse.
Por eso, llama la atención hasta el asombro, que el presidente García defienda el vladivideo que muestra la figura del delincuente político Vladimiro Montesinos, oponiéndose al paro laboral que la CGTP y otras entidades habían convocado para el 9 de julio que ha pasado.
Creo que la defensa del spot televisivo, constituye un gravísimo error político en que ha incurrido el presidente García y cuyas consecuencias no se pueden apreciar ahora, pero con toda seguridad serán desvastadoras y en algún momento le pasarán su factura.

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