viernes, 23 de noviembre de 2007

La realidad congela nuestros sueños


A veces tengo un sueño que parece imposible.

Sueño que vivo en un país, en que todas las casas de la ciudad y el campo, tienen agua y que además de electricidad, cuentan con teléfono y conexión a Internet. Las familias disfrutan de una existencia ordenada y tranquila. La armonía se proyecta en el ambiente. La gente confía en el futuro.

También sueño, que los padres tienen trabajos dignos y los hijos estudian sin problemas. Cuando alguien se enferma, puede asistir a un centro de salud, sin tener que preocuparse por pagar ni la atención del médico, ni los exámenes indispensables, y menos las medicinas necesarias para curarse.

La política tributaria ha permitido financiar los gastos generales del estado y de manera especial, los servicios de educación y salud. Las obligaciones previsionales están aseguradas.

Aunque parezca mentira, las calles lucen limpias. Las pistas parecen recién inauguradas y da gusto ver como se respetan las señales de tránsito. No se permite, la circulación de vehículos que contaminen el medio, y los pobladores han prohibido que la basura se deje en cualquier parte.

No se puede hacer ruido impunemente. Las infracciones a las normas vigentes, son debidamente sancionadas. Los políticos tradicionales ya han pasado a la historia: la población se ha organizado de manera diferente.

Servir al país es un honor muy grande y todos quieren participar de ese servicio, pero sólo los elegidos pueden hacerlo. En mi sueño, todo tiene sentido, pero cuando despierto, descubro confundido que resulta muy difícil despojarnos de esa costra malsana que ha rodeado toda nuestra existencia.

Sin embargo, la realidad congela nuestros sueños.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

El señor Isaac está dando el ejemplo.

Siempre me gusta recibir buenas noticias. Ahora por ejemplo, deseo compartir una buena noticia. Algo que nos muestra lo mejor de una persona. En este caso, su generosidad no tiene límites y es necesario resaltar, que en silencio ha realizado su obra.

He visto en Perú 21 una información referida a un misterioso señor Isaac (el diario no publica su apellido) que está construyendo con su propio peculio, en Pamplona Alta, una de las zonas marginales de Lima, un colegio con capacidad para 1600 estudiantes. La edificación realizada con material noble, casi está concluida. El nuevo edificio, reemplazará a una escuelita de esteras donde se dictan clases para alumnos de educación inicial y primaria.

El colegio será administrado por la organización Fe y Alegría y se inaugurará antes de que finalice el año.

Pero lo que realmente pretende el señor Isaac, es que la construcción de ese colegio en Pamplona Alta, pueda servir de estímulo, para que otras personas que cuentan con recursos para hacerlo, también puedan contribuir con algo para el desarrollo de la comunidad.

El señor Isaac está enviando un mensaje a la sociedad y espero que existan otras personas con la sensibilidad necesaria para poder captarlo.

Gracias señor Isaac por ese gesto, que no sólo se lo agradecerá la gente de Pamplona, sino, muchas otras personas que hemos tenido la suerte de leer la noticia en Perú 21.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Lourdes Flores regresa con todo a la política

Lourdes Flores Nano, considerada la “candidata de los ricos” en las últimas elecciones presidenciales del Perú, fue elegida este fin de semana, como secretaria general del Partido Popular Cristiano.

Su primera declaración pública ha condenado el posible entendimiento entre el presidente García y su colega venezolano, respecto al establecimiento de una industria petroquímica regional.

Sus expresiones han sido muy claras, pero seguro que no meditadas.

“No necesitamos de Hugo Chávez, ni de los petrodólares, ni de PDVSA para nada”.

Sin embargo, sus declaraciones, me parecen inoportunas y fuera de lugar. En primer término, porque están alejadas de un realismo pragmático elemental, que la ciudadanía, espera que tenga como mínimo, un político que está tratando de alcanzar la presidencia de su país y también, porque no ha tenido en cuenta que el presidente García con el acercamiento que a todas luces estaba propiciando, buscaba restaurar, el nivel de relaciones diplomáticas con Venezuela, que en los últimos tiempos no pasaban por su mejor momento.

Parece que Lourdes Flores no hubiera tenido en cuenta que nos encontramos en los inicios de una crisis energética que a pesar de todo lo que nos afecta, nosotros no estamos en capacidad de controlar. Un hecho, que no admite la menor duda, es que el petróleo marcha en forma indeclinable para superar la barrera de los US$ 100 por barril y cuando eso suceda, es mejor tener buenas relaciones con los países productores de petróleo, que tratar de conseguirlas para ese momento.
Como la señorita Flores ha retornado al escenario de la política, tiene que dosificar su presencia en los medios para no saturar al auditorio.

Es necesario que Lourdes Flores analice debidamente la situación, antes de efectuar sus próximas declaraciones.

lunes, 5 de noviembre de 2007

El presidente García acusado de seducción


Alan García siempre ha tenido fama de ser un galán inmoderado. Se dice que con poca discreción ha transitado por las arenas movedizas de la infidelidad y ha incrementado su descendencia fuera del matrimonio, con un hijo nacido de su relación con una “dama de altas cualidades”.

Nunca habíamos deseado tocar ese tema, porque la vida privada de las personas no debe ser expuesta al conocimiento del público. La vida doméstica del presidente, pertenece a esa categoría y al no tener carácter oficial, sólo debería interesarle a él, y a su familia. He consignado la información sobre su último heredero, pues el presidente oficialmente lo ha admitido.

Sin embargo, la noticia de que un abogado aprista ha interpuesto una denuncia, al presidente de la república por presunto acoso a su esposa; no tiene precedentes en los tribunales peruanos. El agraviado, considera, que sus hijos y él, han sufrido un daño moral irreversible, por lo que están solicitando una indemnización.

Que se trate de un caso judicial, me ha animado a expresar mi opinión sobre este tema.

En primer lugar debo aclarar, que desconozco si desde un punto de vista legal, la denuncia es procedente. Pero desde una perspectiva de carácter moral tiene más de un asidero y no voy a entrar en detalles, porque todo el mundo sabe a lo que me refiero.

Las instancias judiciales se encargarán de determinar si el presidente ha incurrido en alguna falta o delito, o si sus acciones han puesto en peligro el honor del denunciante y su familia. En estos momentos, no tengo la menor idea, si el denunciado recibirá algún tipo de sanción, o si los magistrados encargados del caso se atreverán a sancionarlo. Pero de lo que no me queda la menor duda, es que el presidente algo debe haber hecho, para que lo acusen de lo que lo han acusado.

Quizá alguien debería decirle que debe moderarse en sus afanes, pues no es ningún triorquido que anda suelto en plaza.

sábado, 3 de noviembre de 2007

Millones de trabajadores no existen

El centenario diario El Comercio de Lima, famoso en otras épocas por su marcado antiaprismo, sorprendió a sus lectores el 28 de octubre, con un extenso artículo firmado por su más reciente colaborador, el doctor Alan García Pérez, presidente del Perú y al mismo tiempo, presidente del partido aprista peruano.

Al mejor estilo refranero, García tituló su artículo " El síndrome del perro del hortelano" y aprovechó la oportunidad para fustigar a sus adversarios y defender una política neoliberal, que con toda seguridad, en la época de Haya de la Torre, habría avergonzado hasta al más encallecido de los líderes conservadores.

En su artículo, el presidente García ha propuesto muchas cosas y la verdad es que mi capacidad no es tan grande, como para poder seguirlo por esa diversidad de temas.

Que yo no tenga capacidad para tratar tantos asuntos, no significa que el presidente comparta mis limitaciones. Felizmente él, puede hablar o escribir sobre cualquier cosa y eso está muy bien, porque siempre habrá gente dispuesta a seguir con interés lo que diga.
En esta oportunidad, quisiera que me ayuden a entender una aseveración presidencial, que figura en el artículo de El Comercio y que me parece debería preocuparnos:

“ millones de trabajadores que no existen………..pues su trabajo no les sirve para tener seguro social o una pensión más adelante” debido a que “no aportan lo que podrían aportar multiplicando el ahorro nacional”.

He hecho esfuerzos, para tratar de comprender lo que ha querido decir el novísimo colaborador de El Comercio y a pesar de mi entusiasmo y dedicación, mi propósito, no ha sido coronado por el éxito.

¿Cómo es eso, de que millones de trabajadores no existen?

¿Es que acaso cuando no tienen seguro, no existen?¿ O es que alguién los considera como muertos?

¿ Quién podría explicar de manera sencilla y directa, la afirmación de que " no aportan lo que debían aportar multiplicando el ahorro nacional"?.

Es evidente que se requiere algún tipo de respuesta o aclaración sobre las afirmaciones presidenciales que puntualmente hemos consignado y que deben haber preocupado a mucha gente.

jueves, 1 de noviembre de 2007

Burócratas se apoderan del tiempo.

Los habitantes de Lima, estamos acostumbrados a perder el tiempo. Hay mil maneras de que eso ocurra. No se trata de una decisión personal que nos agrade. En la mayoría de los casos, nos vemos obligados a aceptar una determinación impuesta por las autoridades.

Tal como suceden las cosas, a veces siento, como si estuviéramos participando en la construcción tardía, de una cultura de la irresponsabilidad.

Aunque debemos reconocer, que sin mucho esfuerzo, las autoridades han superado cualquier expectativa. Han logrado desplegar toda su inventiva y creatividad, para idear nuevas modalidades que nos hagan perder el tiempo, sin considerar, ninguna limitación y de manera ordenada y en forma sistemática.

Por ejemplo, el día del censo, se dispuso que la población permaneciera diez horas dentro de sus casas. Es decir, el mismo tiempo que iban a emplear los encuestadores en recoger la información requerida. No importaba si a uno, ya lo hubiesen censado. Había que cumplir la orden de las autoridades y no salir a la calle.

Por más que se reclamó esa determinación, que de hecho, constituía un evidente abuso de autoridad, nadie hizo nada y las cosas siguieron su rumbo, como si se tratara de lo más común del mundo.

Pero para que no quede la menor duda de que lo anterior no es un hecho aislado y singular, he visto en el diario El Comercio que las colas de vehículos, cuyos propietarios quieren cumplir con las disposiciones sobre “Revisiones Técnicas”, habían alcanzado una longitud de siete kilómetros. No es una exageración. A lo largo de siete kilómetros, había vehículos esperando su turno para pasar una revisión técnica.

La noticia referida, nos envía dos claros mensajes. El primero, pone de manifiesto que la población está dispuesta a cumplir con las normas y disposiciones de las autoridades gubernamentales y municipales, sacrificando su tiempo, su dinero y su paciencia.

El segundo, es que las autoridades no tienen ningún respeto por la ciudadanía. Una cola de vehículos que alcanza esa longitud, no sólo resulta un despropósito, sino una muestra de ineficiencia y desdén que deberían ser corregidas de inmediato.

Aunque he mirado con detenimiento la foto y la noticia, como ya se ha hecho costumbre, el señor alcalde de Lima, no aparece por ningún lado y en consecuencia, no hay quien pueda explicar lo inexplicable.